Cómo un alcalde, quien representa a un puñado de gente, puede ser tan sinvergüenza. Silvana Vivanco (20) denunció a Martín del Pomar por provocarle dos abortos, y pienso que ella tiene razón. Se le notó sincera. O sea coleguita, hay pruebas, y muchas.
Tienes que responder Martincito. Ah, te aviso, con esa bronca, ya fuiste. No ganarás en las elecciones de noviembre, y ninguna otra. Mejor ahorra tu plata porque te faltará, y ve pensando qué escribir en la cárcel. Tú sabes, es una inspiración, pero dolorosa. Estás condenado y tú lo sabes. Para las mujeres, y algunos como yo, eres lo peor que pueda existir. Lo lamentable, “estimado” colega, es que eres un personaje público. Nadie te querrá.
Otra cosa, que quizá nadie se dio cuenta, la joven, guapa por cierto, dijo hoy en el programa de Magaly que Martín del Pomar le había mandado, como muestra de su amor, fuegos artificiales a su casa, en plena Av. Aviación. ¿Ahora, de dónde habrá gastado el alcalde para hacerle ese regalo? Ojalá luego no se le acuse de malversación de fondos. No me sorprendería.
Sí, lo acepto, el programa de la urraca me contagió, pero será la última vez que escriba así, tan huachafo. Pero Martín, ya fuiste. La engañaste no solo ocultándole que estabas con la otra, tu esposa, sino que la hiciste abortar sin su consentimiento, y ella no quería eso.
Quién será ese doctor. Pero no me preocupo. Lo encontrarán. Seguro ya lo estás buscando para saber qué responder ante la justicia, si la hay. Mira, con la plata baila el mono, pero tú estás fregado. Ni la plata te salvará. Tu imagen está sucia. Dime, qué ganaría esa chica denunciándote por las puras. ¿Plata? No lo creo. Seguro piensas que tus adversarios le han pagado para que hable así. ¿Pero las pruebas qué? ¿La hicieron en Wilson? No pues.
Fuiste tío, lo que pasa es que cuando estás en el poder piensas que puedes hacer lo que se te é la gana. Tu roche con la Costa Verde y los centros comerciales que, claro, te convenía por el billetón, y ahora con esta denuncia, estás hundido. Lo sé.
A mí no me paga nadie por escribir esto, por ese gusto te diré la verdad. Si esto se llega a comprobar no dudaré en decirte ASESINO. Y, como diría Arnold, ¡hasta la vista, baby!